Invadiendo desde Dentro
Palabra profética. 1 Agosto 2016.
Sentada en la iglesia, pensaba en la historia que me acababa de contar mi amiga, de una mujer a quien Jesús se le reveló por medio de la biblia, sin ayuda de ningún sermón evangelístico. Entonces Papá Dios me dijo esto:
"Yo tengo profetas en cada nación. Yo trato a cada nación, con cada nación. No he abandonado a ningún país. Mi destino para cada nación se esta dando a conocer. Amo a toda nación, no hay una con la que no este tratando desde dentro. No son los misioneros los que están introduciendo mi reino a cada nación, sino mi Espíritu conmoviendo a mis hijos desde dentro. Aun los (países) que aparentan estar cerrados están siendo invadidos desde dentro, porque yo estoy derramando mi Espíritu como lo dije, sobre toda criatura. Es desde dentro. Ora por mis ungidos, que despierten desde dentro de cada nación y se conviertan a mi Hijo, uno a uno extendiendo mi reino incontrolablemente. Ya verán, mis hijos se declararán en cada nación, y se levantarán para mostrar que yo soy Dios, que los amo a todos."
Estas palabras me recordaron dos pasajes biblicos:
16 Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:
17 Y en los postreros días, dice Dios,
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones,
Y vuestros ancianos soñarán sueños;
18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días
Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
19 Y daré prodigios arriba en el cielo,
Y señales abajo en la tierra,
Sangre y fuego y vapor de humo;
20 El sol se convertirá en tinieblas,
Y la luna en sangre,
Antes que venga el día del Señor,
Grande y manifiesto;
21 Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
Hebreos 8:
10 Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en la mente de ellos,
Y sobre su corazón las escribiré;
Y seré a ellos por Dios,
Y ellos me serán a mí por pueblo;
11 Y ninguno enseñará a su prójimo,
Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor;
Porque todos me conocerán,
Desde el menor hasta el mayor de ellos.
Después de recibir estas palabras, comenzaron los juegos olímpicos en Rio de Janeiro, y me maravilló ver transmisiones de competencias y entregas de medallas donde muchos hijos de Dios, discípulos de Jesús de muchas naciones, le dieron honor a Dios por cada logro. Nunca había visto tantas demostraciones de afecto y agradecimiento de atletas olímpicos hacia Jesús, siendo transmitidas por los medios de comunicación, y me entusiasma mucho ver la palabra de Dios confirmada.
Nelly